viernes, 16 de noviembre de 2012

La Comunidad, tierra fértil para mi vocación

Presento esta reflexión desde el compartir, desde la pequeñez, desde el Espíritu, consciente de que no lo sé todo y, por tanto, atento para un continuo aprender.

La Comunidad es para mí: familia, preocupación, no egoísmos, sinceridad, generosidad, comunicación, compartir, apertura, equipo (hacia una misma dirección), riqueza y enriquecimiento, acompañamiento (en el desarrollo, crecimiento y maduración), sufrimiento y alegría, celebración, amor y expresión del mismo, unión, diversidad y Don. Seguramente cada uno de Uds. podrían añadir alguna palabra más, o muchas más, ¡háganlo!, puede ser un ejercicio interesante.

De muchas y diversas formas se nos ha dicho y se nos dice cuán importante es nuestra vocación, es una llamada, es un envío, es una responsabilidad, es un don. Algo que hay que cuidar, mimar, hacer crecer, un largo etcétera que conocemos. Aquí entra la importancia no sólo de mi semilla (vocación), sino, de la de los demás. La comunidad permite o puede permitir, al igual que la tierra, que en ella la semilla plantada se transforme llegando a pudrirse, romperse y dar fruto. Yo no tenía mucha agri-cultura pero con interés y un buen maestro se llega a aprender. No quiero meterme con citas y erudiciones que despisten, aunque hay textos y canciones que nos lo dicen más o menos claro: “Si el grano de trigo no muere en la tierra es imposible que nazca fruto, Pablo (hombre viejo-hombre nuevo), y otro largo etcétera.


Tenemos la suerte y el Don de tener por lo menos dos semillas que se han plantado, roto y fructificado. La más importante es Cristo, plantado (Encarnado), roto (Crucificado) y fructificado (Resucitado). La otra es san Vicente, el cual, según estoy estudiando, tuvo un proceso de plantarse, de romperse y de fructificar.

Muchas veces, yo diría la mayoría, los frutos no se ven o simplemente no nacen porque miramos el yo, y no el Yo; me explico, mientras no rompamos nuestro yo, no dejaremos de ver las cosas según mi yo, no veremos el jardín que tenemos alrededor, o la semilla que se ha plantado a mi lado, porque seguiremos bajo tierra, sin ver si quiera que el sol sale cada mañana esperando verme nacer.

Dicho de una forma más teológica: la importancia de romper el yo, y ver que hay un Él (Dios), un tú (mi hermano) y un Nosotros (Comunidad).

Muchos de nuestros padres mayores tienen buena agri-cultura, incluso algunos tienen huerto, ellos me entenderán bien cuando hablamos de regar, arar y limpiar para tener lechuguitas, cebollas, puerros, y el último largo etcétera. Pues con el mismo mimo y cariño, e incluso con más, es posible cuidar el huerto de La Comunidad. Sólo así, misioneros ya con fruto, plantados pero no rotos y otros por plantar tendrán la oportunidad de seguir y aprender el gran ejemplo del Buen Maestro, pudiendo ser plantados, rotos y dando fruto, un fruto abundante.
 
Ignacio Moneo Colmenar, CM

jueves, 31 de mayo de 2012

IV Día de la Prov. Can. de Salamanca

Ayer nos unimos a la Provincia Canónica de Salamanca (en cuya casa provincial residimos), para celebrar con ellos, su IV Día de la Provincia.
Cabecera de la noticia en PaulesSalamanca.es:
En el proyecto provincial estaba fijada la fecha del 30 de mayo para celebrar el día de la Provincia. El día 29 fueron llegando a Santa Marta de Tormes, Salamanca, los diversos miembros de la Provincia de casi todas las comunidades, que se alojaron en el centro de espiritualidad.
Haga click sobre la imagen para ampliar información

domingo, 27 de mayo de 2012

Jornada de "Puertas Abiertas" 2012 (Crónica)

Desde Cádiz, Sevilla, Valdemorillo (Madrid) y por dos veces Madrid, llegamos cinco personas a la CIFI (Comunidad Interprovincial de Formación Inicial), en Santa Marta de Tormes, el viernes 25 mayo por la tarde: Bartolomé, Andrés, Ricardo, Pablo y quien escribe, Daniel. Compartimos los cinco algo, podemos llamarlo inquietud por conocer esta gran familia que es la Congregación de la Misión, concretamente este bonito sueño, hecho realidad desde septiembre, que es la CIFI. Desde esta comunidad y esta familia hemos sido convocados en la Jornada de «Puertas Abiertas», que pretende dar a conocer a personas con inquietud qué es esto de una vocación vicenciana, de una vida en Comunidad para una Misión común.

El viernes, pese a ser el sábado la Jornada, ya nos juntamos todos los miembros de la CIFI (formadores y formandos), nosotros cinco y el P. Sergio Asenjo, de la Comunidad de Córdoba, que nos acompañó durante este tiempo. Oramos juntos las vísperas, y luego de cenar, mantuvimos un rato de alegría distendida, hasta que nos fuimos retirando poco a poco a descansar para coger con ganas este día que os relato.

El sábado dio comienzo la Jornada bien pronto, orando. Después de alimentar el alma y el espíritu, desayunamos contundentemente, pues nos esperaba un día largo y lleno de palabras de vida y luz, que iluminaron nuestras sombras. Tras esto, nos juntamos todos para escuchar a miembros de esta Comunidad dar su testimonio, compartir con nosotros cómo se sintieron llamados por Cristo a su seguimiento y de qué manera esta llamada se ha traducido en sus vidas.

En primer lugar escuchamos al Director de esta CIFI, el P. José Manuel. Nos ilustró sobre esta palabra que está en nuestra mente: Vocación. Sus distintas formas de hacérsenos manifiesta, su significado, el hecho de que sea Dios el que siempre llame y nosotros los que decidamos si abrirle o no la puerta y las maneras en que puede traducirse esa llamada atendida (vida laical, consagrada o sacerdotal): es este un índice que no termina de hacer honor a la riqueza de la charla.

Luego, el P. Antonio, formador de esta CIFI también, compartió con nosotros su recorrido por los distintos destinos que le han brindado los Superiores y el tiempo. Llegó a compartir este, anteriormente, con algunos de los actualmente integrantes en esta comunidad. Por último, nos habló de las características prácticas que tiene un Misionero paúl, tales como la internacionalidad de miras, la inculturación, el deseo de una buena formación, etc. Todo esto apoyándose siempre en las palabras de S. Vicente, las propias Constituciones y Estatutos de la CM y lo que tradicionalmente señala la Iglesia.

En tercer lugar, nos habló el Hno. Paco, también formador de la CIFI. Él, desde el punto de vista de una vocación tan especial y escasa, que es la del Hermano en la Congregación. En otros tiempos fue una vocación avocada a lo manual, mientras que ha evolucionado al ámbito pastoral y formativo. Él la vivió de distintas formas y en muy distintos lugares, incluida la Misión de la Provincia de Barcelona en Honduras. También nos habló de los votos según la Congregación, que añaden el de estabilidad a esta Misión compartida de evangelización del pobre.

Tras éste, Nacho nos contó cómo ha sido su camino hasta la Congregación y en la misma, pues ya casi ha terminado de formarse y le resta concluir la Licenciatura y alcanzar el diaconado y el posterior sacerdocio para lograr más plenitud en esa llamada que sintió, como nos dijo, desde muy joven.


Por último, Juanen, que cumplió veintiséis años en nuestra compañía, nos relató breve y concisamente sus vivencias, qué le trajo a esta Comunidad, en la que convive y se forma mientras termina sus estudios de Filología Inglesa y realiza un servicio pastoral en un Centro de Acogida.

Terminado este compartir, hicimos lo propio con la Eucaristía, presidida por el P. Eblerino Diez, Visitador de la Provincia de Salamanca, y la comida y posterior sobremesa. Después de un rato de meditación y descanso, salimos a pasear por la bella y vieja Salamanca. Tras cenar frugalmente, compartimos con otros tantos cristianos salmantinos, ciudadanos del mundo, jóvenes y no tan jóvenes, la Vigilia de Pentecostés que se celebró en la Catedral Vieja, presidida por el Sr. Obispo de Salamanca, D. Carlos López.

Es bella la sensación de acogida cariñosa que transmite esta Comunidad, que se nutre de tan variadas fuentes y seguro desembocará en muy distintos mares. Tan peculiares han sido los caminos que han traído aquí a todos estos buenos hombres que parece un milagro que hayan sido congregados en esta comunidad todos ellos. Sin embargo, el Padre nos llama a todos y cada uno. En nuestra mano, y en la de nadie más, queda el contestarle como merece, y así intentaremos hacerlo nosotros cinco. Sólo queda agradecer mucho y mucha veces a la CIFI la oportunidad de conocer tan de cerca su día a día y querer compartirlo con nosotros. Con tan buen trato, un servidor promete volver siempre que le dejen.

Daniel Sanz (Parroquia Cristo Salvador-Madrid)

martes, 1 de mayo de 2012

Jornada de "Puertas Abiertas"



Congregación de la Misión
de san Vicente de Paúl

Comunidad Interprovincial
de Formación Inicial (CIFI)



Estimados hermanos en Cristo:
Los Delegados Provinciales CM de Pastoral Juvenil-Vocacional hemos organizado, para el próximo día 26 de mayo (sábado), una Jornada de “Puertas Abiertas” para personas (de 18 años en adelante) que deseen formar parte de la Congregación de la Misión, como viene siendo habitual en los últimos años.
En esta ocasión, por iniciativa expresa de todos los Delegados, hemos visto oportuno llevarla a cabo en la Comunidad Interprovincial de Formación Inicial (CIFI), de Santa Marta de Tormes (Salamanca). No se trata de “dar publicidad” a la CIFI, como lugar formativo de referencia, sino de “conocer y experimentar el espíritu de la Congregación de la Misión, mediante la información, formación y la convivencia en la CIFI” (en esta ocasión).
Tríptico informativoEn este enlace tenéis un tríptico informativo con todos los detalles de la experiencia. Tríptico que también será publicado en las páginas Web provinciales de Misioneros Paúles y de Hijas de la Caridad.
Os ruego encarecidamente que lo difundáis para que así lo puedan conocer las personas con inquietudes vocacionales ciertas (en situación de discernimiento de la vocación al sacerdocio o a hermano en la CM).
También os pido, por favor, que la información sobre las personas que vayan a participar en la Jornada esté en nuestras manos, como muy tarde, el día 21 de mayo (lunes), para saber con antelación el número de personas con las que contamos.
La actividad es gratuita, por supuesto, y las personas que participen no necesitan traer nada más que mucha “ilusión vocacional”. Si os surge cualquier duda o dificultad, contactad conmigo: la dirección postal y electrónica, así como el teléfono, están indicadas aquí abajo.
Recibid un cordial saludo.
                                                                                                                      
Información de contacto
P. Antonio Ruiz García
Avda. de los Padres Paúles, 14
37900 Santa Marta de Tormes (Salamanca)
Tlf. 696 89 85 03
@: a_rugar@yahoo.es (con guión bajo)

sábado, 21 de abril de 2012

Pascua Rural en Zamora, el lugar del Encuentro

Una compañera de 2º de Teología, compartió con tres miembros de la CIFI la Pascua Rural en Zamora, he aquí su experiencia:


El esplendor del Rey destruyó las tinieblas del mundo… Vacuas palabras para algunos, principio y fundamento de la vida de muchos. ¡El Señor ha resucitado! Lo cantamos, lo gritamos y lo experimentamos personal y sobretodo fraternalmente. Juntos, un grupo formado por Isaac, Montse, Juan Enrique, Sussy, Israel, Paul, Manuela, Juan, María y las hermanas Sor Charo, Sor Isabel, Sor Analí y Sor Elena, de muy diferente procedencia, nos vimos, de una y otra manera, reunidos para compartir y vivir en comunión la pasada Semana Santa; no sólo para ello, nuestro cometido era ofrecer ése nuestro tiempo para ayudar a los padres Javier y David. La razón que allí nos llevó a encontrarnos fue saber que humanamente es imposible atender las celebraciones de diecinueve pueblos entre dos personas, todos ellos pertenecientes a la comarca de Sayago en Zamora. Allí fue, concretamente en Carbellino, donde la casa parroquial se convirtió en nuestro transitorio hogar.

Muchos de nosotros no nos conocíamos. Cualquiera lo hubiera dicho, si a nuestra llegada nos hubieran visto. Una misma razón allí nos congregaba y sabernos acompañados celebrando aquellos días fue motivo suficiente para que, a nuestra llegada el miércoles, la timidez brillase sólo por su ausencia e hiciésemos de una sencilla mesa camilla, nuestro nuevo lugar de encuentro, que escucharía largas conversaciones, y que vería tanto alguna lágrima, fruto de permitir que la emotividad de aquellos días te llegase no sólo a erizarte la piel, sino también a tocarte el corazón, y por supuesto, muchas risas, risas siempre compartidas.

No vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate de muchos”. Éstas fueron las palabras que resonaron en nuestras cabezas y en nuestro corazón durante el jueves, día en que dejamos que el amor fraterno se hiciese aún más patente, deseando que no necesitemos un día que nos recuerde que anteponer el bien del Otro al nuestro, posibilitar que sea el Amor lo que nos llene y nos guíe, es la verdadera y universal Misión. Así comenzó el día en que celebramos la institución de la Eucaristía, día por el que hoy estamos todos nosotros invitados al gran banquete, Su banquete. Las tareas fueron repartidas y, tras pasar la mañana con los ancianos de Almeida, empezaron las celebraciones que acabaron con una conjunta Hora Santa en la que también pudimos disfrutar del recogimiento en oración personal, para finalizar el día sentados a la mesa, emulando la cena del Señor y disfrutando de nuestra compañía.

Al grito de “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”, que durante el día dio paso al esperanzador canto de “Victoria, Tú reinarás”, empezó el viernes. Las celebraciones prosiguieron, dándonos también la oportunidad de postrarnos y agachar la cabeza ante la cruz sabiendo que Él, por amor, por nosotros se entregó; siendo varias las veces que, junto al pueblo, recorrimos el camino hacia la Muerte. También hubo lugar para anecdóticas experiencias que con cariño recordaremos siempre con una sonrisa, protagonizadas tanto por el grupo como por los zamoranos, quienes con su peculiar idiosincrasia castellana, nos acogieron en todo momento mostrando un gran agradecimiento y una sencillez encomiable.

En el silencio de la reflexión, sabiéndonos culpables tras haber dejado que cargara con nuestra cruz, iniciamos la mañana desértica del sábado. Tiempo a oscuras para encontrarnos con nosotros, para encontrarnos con Él; tiempo de preparación hacia el clamor que en la vigilia alto sonaría: “¡Ésta es la noche en que Cristo ha vencido a la muerte y del infierno retorna victorioso!”. La ermita de la Virgen de Gracia fue testigo de la alegría al ver de nuevo la luz brillando, presentes todos los participantes de la Pascua rural y las gentes de los pueblos vecinos, todos unidos a una sola voz: “¡La luz de Dios en Él brilló, la vida nueva nos llenó! ¡Alegría y Paz hermanos, que el Señor resucitó!”.

Un último día, Domingo, en que las procesiones del encuentro entre el Resucitado y su Madre dejaron traslucir la satisfacción de sabernos unidos en Él y con Él. Últimos momentos para compartir: comida y viaje de vuelta. Conociendo que ésta no es una Pascua más, que cada una es nueva, como si de la primera se tratara; que la vuelta no era igual que  la ida, pues el Encuentro se había dado en cada uno de nosotros. Van quedando los posos de días importantes en que nuestro tiempo no sólo fue para nosotros, y por el que únicamente nos queda seguir agradeciendo. También dando las gracias a todas aquellas personas que, desde sus casas, se acercaron confiados a celebrar con nosotros; que nos acogieron y dieron la bienvenida no permitiendo que allí, en Zamora, nos sintiéramos en tierra extraña.

María Álvarez Martínez

jueves, 12 de abril de 2012

Pascua Rural en Valencia: unidad y diversidad


  La Semana Santa son días especiales para los cristianos, celebramos el núcleo central de nuestra fe: la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. No todos pueden celebrar de la misma manera esta Fiesta, no todos tienen los recursos suficientes para ello, sea por trabajo, falta de sacerdotes,... Por ello, lo primero que quiero hacer es acordarme de todas estas personas.

  Como viene a ser habitual, en ciertos pueblos los sacerdotes han de hacer malabares para intentar llegar a los más posibles. Justamente por este motivo, para que no haya gente que se quede sin vivir la fe en estas fechas tan señaladas nos hemos reunido un grupo de personas con el objetivo de acercar a los demás el Misterio de Dios hecho hombre, muerto y resucitado, celebrando y compartiendo nuestro tiempo, alegría, y sobre todo nuestra fe. Estas personas tienen nombre: P. Enrique, P. Juventino, Mª Dolores, Elena, Jaime, Marian, Ximo, Sole, Vicente (cada matrimonio con sus hijos/as como: María, Sara, Mirella, Anna, Ximo, David, Pau, Blanca, Carlos y Luz) y por último, un servidor (Ignacio Moneo Colmenar); de la misma forma los pueblos también lo tienen: Facheca, Famorca, Tollos, Balones, Benimassot, Benilloba y Beniarrés.


  Son días paradójicos, días en los que al igual que en nuestra vida cotidiana, podemos vivir todo con visos de plenitud o con visos de superficialidad. Depende de cada uno el dejarse o no llenar de Dios, vaciar por Dios, o ambas cosas.

  Aunque la atención de tantos pueblos y celebraciones requería la división (para organizarnos y llegar a todos), no por ello la unidad del grupo se veía difuminada ya que cada uno aprovechaba para compartir cualquier momento oportuno: desayuno, comida, desplazamientos…, degustando cada instante, especialmente el momento del desierto (sábado por la mañana), momento en el que pudimos compartir todos juntos nuestra fe de una manera más tranquila, compartir experiencias, reflexiones, vida e incluso anécdotas.

Para nosotros, como uno puede imaginarse, el día a día ha sido un no parar (y así ha de ser): ir de un pueblo a otro, preparar liturgia y cantos, llevar alegría y ganas de vivir las celebraciones, escuchar, hablar, compartir, reflexionar, orar, celebrar, reír, llorar, conducir… Ha sido una Pascua vivida desde la familiaridad, en Familia. Una sola familia formada por muchos miembros, como antes he apuntado, miembros variados en tamaño, altura, edad e incluso nacionalidad. Como diríamos en teología ha sido una pascua vivida desde el binomio unidad-diversidad, siendo enriquecedor para nosotros, y por supuesto, para todos/as con los que hemos estado.


  Es impresionante la belleza de las Iglesias que hemos podido conocer (templos muy bien cuidados), pero mucho más impresionante ha sido la gente agradable y participativa, la apertura de las personas, el compartir la celebración, comida, tiempo e incluso casa. Son momentos y situaciones que no sólo ayudan, sino que dan color y hacen realidad el gran Misterio del amor de Dios. Todo esto tomo mayor intensidad, como es normal, cuando todos pudimos decirnos unos a otros, esa frase que no se quedó en palabras: “¡Jesucristo ha resucitado!, ¡Verdaderamente ha resucitado! Nos lo dijimos en valenciano, en castellano y si hubiéramos sabido todas las lenguas del mundo lo hubiéramos dicho con todas ellas, pero como ninguno las sabíamos todas, lo hicimos desde el lenguaje universal, desde el lenguaje cristiano, desde el lenguaje de ese Jesús al que gritábamos, es decir, desde el Amor, manifestado con un abrazo, con lágrimas y con la alegría y el gozo de que nuestro Dios ha resucitado y nosotros con y por Él.


   Es justo y necesario dar gracias, lo primero a Dios por concedernos poder vivir esta Pascua, muerte y Resurrección de su Hijo, por poder estar en Familia, literalmente hablando, por la acogida y hospitalidad del P. Rafael y su santo recogimiento, y por la hospitalidad y cariño de los parientes del P. Javier Serra, que nos han recibido y acogido. Como no agradecer también la alegría, el compañerismo, la preocupación y el trabajo de grupo realizado en estos días, la chispa y color que los niños/as correteando por la casa, y el poder desgastarnos todos/as en el servicio a los demás.


   Ciertamente son momentos en los que hay que estar atento para ver y sentir al Señor en cada instante, son momentos para vivir intensamente sabiendo que lo importante está detrás de lo aparente. Nos hemos preparado 40 días para esta fiesta, 50 días la celebraremos intensamente y lo seguiremos haciendo cada Domingo del año. Que el Señor nos conceda poder vivirla cada día y si es posible hacerla vivir a los que os rodean. Por ello y para ello, ánimo, y como nos hemos dicho en estos días, Bon día.


Ignacio Moneo Colmenar

martes, 20 de marzo de 2012

Parroquia Santa Luisa de Marillac (Córdoba)


La parroquia Santa Luisa de Marillac está encomendada por la Congregación de la Misión a tres misioneros paúles: P. Sergio CM, P. Eugenio CM y Hno. Ramón CM. A ellos les acompañan en esta labor los catequistas, miembros del consejo pastoral, e integrantes de nuestra familia, la vicenciana, que junto con los feligreses desempeñan un papel muy importante en, podemos decir, el barrio más pobre de toda la provincia de Córdoba.

Jueves 15 de marzo, día de santa Luisa de Marillac
En la tarde del jueves 15, día de santa Luisa de Marillac, comenzó la visita pastoral de Mons. Demetrio. En esta visita, la comunidad parroquial fue acompañada por dos hermanos de la Comunidad Interprovincial de Formación Inicial (CIFI) que reside normalmente en Santa Marta de Tormes (Salamanca).
Todos nerviosos por tan grata visita, esperábamos para dar la bienvenida al Señor Obispo. Quien empezó la visita, después de confiarse a Dios frente al Sagrario, reuniéndose con los sacerdotes, y los consejos en la sala de conferencias, donde se le informó del funcionamiento de la parroquia, información acompañada de una elaborada presentación de diapositivas.
También los niños que están en catequesis esperaban con sus padres la visita de Mons. Demetrio, los cuales esperaban ansiosos varios detalles que tenían preparados para el Sr. Obispo, a ellos, Mons. Demetrio, también les dirigió unas palabras. Fue un encuentro muy bonito, donde no faltaron sonrisas, preguntas y, lo mejor, la amistad que ofreció Mons. Demetrio. Demostró ser una persona muy cercana y comprometida con sus feligreses.
Tras hacer un recorrido por la Parroquia para conocer sus instalaciones, celebramos la Hora Santa con la Exposición del Santísimo. Seguidamente celebramos Misa solemne, a la que asistieron todas las personas comprometidas con esta Parroquia, por la cual demostraron tener un cariño inmenso.

Viernes 16 de marzo
A eso de las 10 de la mañana, los primeros en ser visitados fueron los niños del CEIP Federico García Lorca, que esperaban impacientes al Sr. Obispo. Después de ser acogidos por el director del centro, D. Rafael de Juan Luque, acudimos a ver a los niños del centro. Tras un buen rato de charla con ellos y a lo que contestaron con diferentes detalles, como algunas canciones y un bonito regalo para el Sr. Obispo: una pluma (con la que inauguró el libro de visitas del centro). Por su parte, el Sr. Obispo ha destacado la labor tan difícil que realizan los profesores y profesoras de este centro y los ha animado a seguir con tan difícil, pero a la vez bonita y gratificante, tarea: la de educar a estos niños.
Una vez terminada la visita en el colegio, la agenda contemplaba la visita a la Residencia Municipal de Mayores Guadalquivir. Un centro también ubicado en este barrio del sector sur de Córdoba, un centro dotado de unas instalaciones buenísimas con todo tipo de comodidades para hacerles más feliz y mejor, si cabe, la ancianidad a los que allí residen. Mons. Demetrio se dirigió a los residentes y les transmitió su amor y unas palabras llenas de cariño. Sin duda, todos quedaron muy contentos por la visita a la que respondieron con una pequeña representación de Jesús y la samaritana, muchos aplausos y gestos de cariño.
Ya por la tarde, como marcaba la agenda, el primer encuentro fue con los Misioneros Paúles y las Hijas de la Caridad que tienen por labor impulsar esta parroquia. El Sr. Obispo les animó después de escuchar sus inquietudes, y los incitó a seguir con el espíritu de san Vicente evangelizador de los pobres.
El segundo encuentro fue con Cáritas Parroquial que según informaron al Sr. Obispo atiende a más de 315 familias. También le transmitieron a D. Demetrio que este número seguía aumentando y con ello la demanda de alimentos, que se quedan ya cortos para atender a todas las personas que lo solicitan. D. Demetrio les aconsejaba, entre comillas, que perdieran la vergüenza a pedir más a las empresas más importantes de la zona, pues no pedimos para nosotros sino para el barrio y en definitiva para los pobres que lo necesitan.
En el tercer encuentro de la tarde, con el Consejo Parroquial de Santa Luisa de Marillac, los integrantes se presentaron, explicando detalladamente cual era su papel en el entramado de la parroquia, a saber:
Encargada de coordinar la limpieza de la parroquia.
Representante de Juventudes Marianas Vicencianas (JMV).
Representante del grupo de formación de matrimonios.
Encargado de medios de comunicación, quien hace saber a todo el pueblo de Córdoba el día a día de la parroquia, y las carencias de este barrio de sector sur.
Representante de Cáritas, que recalcó, con detalle, la difícil labor de Cáritas en estos momentos. Explicación donde se mezclaron algunas anécdotas producidas a causa del, tan importante, seguimiento que se les hace a las personas en el transcurso de las ayudas, claves para su éxito.
El Sr. Obispo, les anima a seguir adelante con tan ardua tarea pero bonita y enriquecedora y se lo agradece de todo corazón. Les sugiere ser Sístole y Diástole, elementos de contracción y empuje de esta obra para que les llegue a todos los necesitados. “Sois un grupo privilegiado de la Parroquia
El cuarto y último encuentro fue con los componentes del consejo económico. Ellos compartieron la realidad de esta Parroquia, pues a ser un barrio pobre no tiene grandes ingresos y estuvieron analizando la realidad de esta situación.

Sábado 17 de marzo
La mañana de este día la dedicamos a conocer los destinatarios de la vicenciana labor de esta comunidad parroquial, los necesitados del barrio, que no sólo está compuesta por pobreza económica, sino que también están faltos de salud, educación, trabajo…
En primer lugar visitamos y escuchamos a los enfermos, aquellos que reciben la santa Eucaristía en su domicilio, por la imposibilidad de acudir al Templo Parroquial, una señora con 86 años, soltera y sin familia a quien acudir vivía sola en casa, sin poder salir a la calle por las dificultades de movilidad que la edad conlleva; otra señora, un poco más joven, pero con múltiples operaciones dependía completamente de su marido, que tampoco gozaba de buena salud, en este caso sí que tenía hijos, nietos e incluso un biznieto, pero prácticamente todos sin fuente de ingresos, y la mayoría acompañados de una enfermedad hereditaria; luego encontramos a un hombre, discapacitado mental, postrado en una cama, atendido por su hermano, que vive con él, y sus hermanas, que acuden para ayudarles en lo que necesiten; finalmente subimos a un tercer piso sin ascensor, donde un señor dependía de una máquina durante más de la mitad del día para poder respirar, y su señora con dificultades para bajar las escaleras, no digamos para subir; gracias a Dios y a Cáritas parroquial, tres de estos cuatro casos tenían una persona que les ayudaba en las tareas de la casa.
Luego acudimos a tres familias sacudidas por la pobreza económica, una viuda que vive con su hija y sus nietos que está luchando por conseguir una paga para poder ayudar a este hogar sin recursos; luego una casa donde vivían tres familias (una habitación para cada una), sin apenas ingresos; y finalmente un matrimonio joven con tres peques (11 años, 9, y 3 meses) y ninguna fuente de ingresos. Gracias a Cáritas parroquial, estas tres familias pueden comer cada día, y pagar alguna que otra factura.
Terminando la tarde de reuniones, quedaba todavía, antes de finalizar la jornada, un gran evento. Se  iban a  confirmar en nuestra Parroquia catorce personas, todos allegados y comprometidos con la tarea de evangelizar y trabajar por el Reino de Cristo. Una preciosa ceremonia solemne a la cual también asistió un seminarista diocesano de Córdoba, para dar su testimonio, como motivo del día del seminario que se celebra el día de san José.

Domingo 18 de marzo
El Domingo, último día de la visita pastoral, tendríamos una misa solemne en la cual D. Demetrio nos alentaba a seguir trabajando con el Espíritu del fundador de la Congregación de la Misión: san Vicente de Paúl, y con la fuerza y coraje de santa Luisa de Marillac. Un Espíritu de sacrificio  impresionante, por los pobres. Como dice el lema de la Congregación “He sido enviado a Evangelizar a los Pobres” así queremos gastar nuestra vida entregándola a los demás, y como reza el de la Compañía “La caridad de Cristo nos apremia”, no podemos quedarnos sentados ante tanta injusticia.
Como culmen de todos estos días nos esperaba un gran perol (típico en Córdoba) que se compartió con todo el que quiso acudir a la Parroquia, todos estaban invitados. En resumen un feliz día de santa Luisa de Marillac, una feliz y gratificante visita pastoral, en definitiva unas jornadas  magníficas en las que se intentó sembrar y transmitir nuestra FE todo lo posible, esperemos que den buen fruto.


Texto: Francisco Javier López Monrobé
Fotos (casi todas): Israel Jesús Ortega Gómez

domingo, 4 de marzo de 2012

COVIDE-AMVE

Jornadas Misioneras Nacionales

Evangelio, Buena Noticia para los pobres
COVIDE-AMVE - Madrid, 3 y 4 de Marzo de 2012


Casa Provincial HHC Santa Luisa, nos reunimos Hijas de la Caridad, Asociación Internacional de Caridades, MIsioneros SEglares VIcencianos y Congregación de la Misión. La Comunidad Interprovincial de Formación Inicial [CIFI] envía a 6 de sus 11 miembros (Hno. Paco Berbegal, Hno. Ignacio Moneo, Isaac Demets, Francisco Javier López, Héctor Gallardo, y el que escribe).

Las jornadas nos ofrecen una buena variedad de conferencias:
El sábado comenzamos, después de la oración, con Luis Pérez Hernández (Misionero Javeriano): “La Evangelización desde el trabajo compartido con los pobres”. Destacaría una reflexión que nos regaló, aplicable a la crisis que tuvo lugar cuando el CVII afirmó que no era necesario creer en Dios para salvarse, sino que era suficiente con una conciencia recta para que nuestro Padre, por su infinita bondad, nos acogiera. Lanzó dos casos a comparar: el paralítico que llevan ante Jesús descolgándolo por el tejado (Mc 2,1-12) y el paralítico que está junto al estanque de Betesda, 38 años enfermo, y que espera que alguien lo meta en la piscina (Jn 5,1-9). Aunque todos los de recta conciencia nos salvemos, los que conocemos a Jesucristo podemos ayudar a los demás frente a Él.

Por la tarde, Mario Yepes CM nos habló de “La misión Vicenciana en América Latina”, fue párroco, en Perú, de 60.000 fieles, y su gran labor pasó por concienciar a los parroquianos que la parroquia no es el templo, sino el territorio que lo rodea, que sus barrios son la parroquia, y que la vida de fe en comunidad no se reduce a ir al templo, la comunidad necesita la ayuda del sacerdote, pero pueden y deben ser agentes pastorales y llevar a Jesucristo a su entorno. Entre otras cosas, me sorprendió que esta concienciación hiciera posible que se realizaran 50 viacrucis por todo el territorio parroquial, dirigida por los agentes. También nos exhortó a arriesgarnos, puso como ejemplo las catequesis para la Confirmación, se desarrollaban en unos meses, y con las fiestas y las vacaciones se reducían bastante, propuso que duraran todo un año, al principio fueron reticentes porque pensaban que pocos se apuntarían, pero se cuatriplicaron los jóvenes.

Antes de acabar la jornada con la cena, Pepe Mazuelas CM, Director de la ONGD, nos brindó algunos datos sobre la labor de COVIDE-AMVE, proyectos, países destinatarios,… y Sor Mª Pilar Hurtado HC, subdirectora, explicó el “como quisieran que fuera” la estructura de apadrinamiento de niños, el proyecto de becas, “La ayuda al estudio”, estructura en la que el misionero es el mediador entre la ONGD y el destinatario, y la base central es quien coordina todo, situándose en el centro del proceso entre el benefactor y el niño.

El domingo fue el Dr. José Manuel Devesa, cirujano, quien compartió con nosotros la situación malgache (Madagascar), una muestra de las condiciones de la “Maternidad en África”. Mostró datos de mortalidad, enfermedad y exclusión, acompañadas tanto de imágenes crudas, como la de un parto obstruido, o la falta de recursos y condiciones, como también la sonrisa de las mujeres que son ayudadas gracias al proyecto que las Hijas de la Caridad fundaron allí. El doctor y un gran equipo de especialistas viajan durante algunos periodos para realizar operaciones y formar a enfermeros, y conciencian en España a ayuntamientos, hospitales y fundaciones para que envíen equipos apropiados y apoyen económicamente el proyecto. Proyecto que tiene tres fases, la primera pretende ayudar a nacer a los niños, la segunda ayudar a las madres a no morir por las consecuencias del parto y la tercera ayudar a los niños a vivir.

Finalmente, como acción de gracias por todo lo aprendido y compartido, Enrique Sanz CM, visitador de la Provincia de Madrid presidió la Eucaristía, donde, providencialmente, la transfiguración de Nuestro Señor, nos invitaba a no quedarnos en nuestras comodidades, sino a ir a “Hacernos cargo, cargar y encargarnos de la realidad”, para luchar, en esta ocasión, por el quinto objetivo del milenio: Mejorar la salud materna.

Israel Jesús Ortega Gómez